Cuándo solicitar psicoterapia
Cuando el malestar vital llega a ser tan intenso que nos impide poder disfrutar de aspectos vitales y de las relaciones personales. A veces el sufrimiento es desencadenado por una pérdida, otras lleva tanto tiempo que uno desconoce su origen, es inconsciente.
Las manifestaciones o síntomas pueden ser depresivos, de ansiedad, tristeza duradera, desánimo, irritabilidad u otros como pensamientos obsesivos que invaden la mente cuando desearíamos poder pensar en otra cosa.
Con frecuencia se inicia una psicoterapia por un duelo, la pérdida de algo importante que no se ha superado, conflictos en la relación de pareja, en las relaciones familiares o sociales, experiencias vividas que han resultado traumáticas, situaciones vitales no resueltas o síntomas de origen desconocido como ansiedad desbordante.
Cómo funciona la psicoterapia
Entre el psicoterapeuta y el paciente se desarrolla una relación terapéutica y de alianza que nos permite tratar, a través de la palabra, los aspectos vitales que generan malestar.
La psicoterapia te posibilita identificar y resolver los conflictos internos que generan el sufrimiento. La mayoría de los síntomas van disminuyendo en la medida en que podemos comprender lo que está ocurriendo a nivel inconsciente, lograr comprender el porqué de lo que arrastramos.
Las relaciones personales, a menudo invadidas por los problemas afectivos, se pueden transformar a través del proceso terapéutico. Para ello, buscamos crear juntos un espacio personal, libre de juicio, en el que poder expresarse y dar sentido a las emociones y vivencias de la persona. Adoptar una posición diferente frente a la vida y a uno mismo, que puede hacer vivir la vida de otra manera. Se trata de un proceso transformador.
Metodología
La intervención psicoterapéutica más adecuada depende de las características particulares de la persona que consulta, por lo que las primeras entrevistas son de conocimiento y valoración de sus necesidades terapéuticas.
Tras estas sesiones de valoración, se realiza una “devolución” del trabajo realizado así como su opinión profesional. Tras la cual, se decide de manera conjunta la iniciación de la psicoterapia. Lo más importante es sentir que formamos un buen equipo y que conectamos.
El método de trabajo en la psicoterapia psicoanalítica se basa en los fundamentos del Psicoanálisis, caracterizándose por una intervención no directiva del psicoterapeuta. Esto quiere decir que no indicamos al paciente lo que debe o no debe hacer, las decisiones vitales corresponden sólo a uno.
Nuestra escucha psicoanalítica nos permite un modo de entender al ser humano basado en el conocimiento profundo de la construcción de la personalidad de cada individuo.
Si entre el psicoterapeuta y el paciente se puede construir una relación de confianza y adecuar las condiciones para esa persona, se iniciará un proceso terapéutico cuyo sentido ha de ser que resulte transformador. Para ello, la escucha que tenemos se centra en el Inconsciente, teniendo en cuenta los aspectos que nos están generando malestar a uno mismo y a las relaciones, sin ser capaces de detectarlos.
Más allá de la Psicología
La psicología “a secas” nos parecía que quedaba pequeña para alcanzar una comprensión amplia sobre los procesos psíquicos que ocurren bajo una aparente invisibilidad a los ojos de los otros. El estudio de la conducta humana y observable por si sólo, deja fuera lo principal.
Iniciamos el camino de formación e investigación sobre el Inconsciente y la complejidad de los procesos anímicos y mentales de los seres humanos (metapsicología), nutriéndonos de distintos modelos que tienen en común la escucha analítica de la subjetividad humana.
La supervisión clínica d e nuestra práctica y el proceso de análisis personal son clave para poder mantener una escucha lo más limpia de sesgos posible y cuidadosa. Son recursos valiosos que aumentan la garantía de la efectividad del trabajo profesional y de los efectos terapéuticos. Esta manera de trabajar la mantenemos de manera continua.
Tanit Díaz y Diana Frisuelos
